Hecatombe, del griego arcaico, hekatón, cien y boũs, buey, significaba un sacrificio de cien bueyes, como el mayor desastre concebible para el pueblo heleno. Centenares de olivos, arrancados de su tierra en Tomares, bastantes de ellos reventados ahí mismo por las escavadoras, resulta también sobrecogedor, especialmente para quienes los plantaron, cuidaron y cosecharon durante decenios. Esta tala masiva es otra hecatombe ambiental que se podría haber minimizado si el Ayuntamiento hubiera realizado el traslado de todos los árboles posibles al Olivar del Zaudín -que está al lado- para sustituir los numerosos olivos quemados y repoblar las zonas que han perdido el arbolado. Hubiera sido un gesto sobresaliente, pero una vez más llegamos tarde, porque prácticamente nadie ha informado, se ha enterado o interesado ni manifestado por esta catástrofe. Por si fuera poco desastre, en ese terreno se pretenden construir nada menos que mil viviendas, en edificios de entre seis y doce plantas, además de centros comerciales y equipamientos. Para colmo, en los pocos olivares que quedan al nordeste de estos campos arrasados, se pretenden construir al menos otras mil viviendas más en un periodo posterior. Todo esto sucede legalmente e impunemente por dos razones fundamentales. Hay un espacio de participación ciudadana -ya creado- donde se debieran tratar estos temas. | Antes de las escavadoras |
Participación pública para defender y mejorar la naturaleza y el medio ambiente de Tomares.
jueves, 21 de mayo de 2009
Hecatombe ambiental en Tomares ¿y el Foro "Agenda 21"?
Etiquetas:
Agenda 21,
Impacto urbanístico,
Olivar,
Urbanización
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